Nativitas, el regalo eterno

“Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.

Por Emmanuel Velázquez
Hoy, nos encontramos próximos a celebrar una de las fiestas que genera mucho entusiasmo en la mayoría de las personas creyentes, muchos nos preparamos y nos alegramos con su llegada, me refiero a la Navidad.
La palabra Navidad proviene del latín “Nativitas” y su significado es nacimiento. Tradicionalmente se ha asignado al mes de diciembre como el periodo para recordar el natalicio de aquel personaje crucial que ha dividido la historia de la humanidad en dos partes: antes de nuestra era común y después de ella, me refiero a Jesús.
Redentor
Este especial nacimiento era una promesa para el pueblo de Israel, la cual se extendería para todas las razas de linaje humano; Dios había prometido un redentor, el cual, libertaría a su pueblo de sus pecados.
Cumplido el tiempo, en un momento específico de la historia, Dios decide enviar a su hijo a esta tierra mediante el vientre de una joven virgen llamada María.
Los profetas de la antigüedad habían anunciado este suceso y anticipaban los títulos de grandeza para este niño que nacería, el profeta Isaías declara: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Como es sabido, en la fiesta de Navidad intercambiamos regalos, compartimos la mesa en honor a la celebración de la llegada del Rey del Cielo a este mundo, sin embargo, Dios nos da en Jesús el mayor regalo y nos comparte estos títulos y oficios divinos en favor nuestro.
Se llamará su nombre Admirable, desde su nacimiento el Hijo de Dios fue incomparable, su vida terrenal se caracterizó por la realización de proezas y milagros que impactaron a muchos, en la actualidad podemos ver su providencia y exclamar admiración.
Consejero
Aquel en quien podemos encontrar el consejo oportuno para cualquier decisión que emprendamos en la vida, y esto lo podremos saber por medio de sus enseñanzas que fueron dejadas escritas en los Santos Evangelios.
Dios fuerte
Título que muestra divinidad, la segunda persona de la eterna Trinidad encarnada pudo experimentar el sufrimiento humano y así mismo, con su comprensión y divinidad puede brindar la fortaleza que nuestra alma necesita.
Padre Eterno
Un ser al cual podemos acudir en búsqueda de protección, él se preocupa y cuida de sus hijos y no existe en él, límite de tiempo, es Padre por toda la eternidad.
Príncipe de paz
Él brinda la paz interior que sobrepasa todo entendimiento a pesar de los momentos difíciles que podamos atravesar, esta paz nos reconcilia y nos une con nuestro creador.
En estas fiestas que se aproximan podemos valorar aquel regalo que Dios nos concedió en la persona de su hijo, el cual fue envuelto en un establo hace ya más de 2000 años en Belén, y nos permite ahora, reunirnos en fraternidad y regocijo para celebrar su llegada; hoy, él desea que le puedas recibir como el mayor presente eterno. ¡Feliz Navidad y próspero año 2020!