En una ocasión llevaba en coche al aeropuerto a un amigo mío y a su novia, y pasamos junto a un enorme anuncio que mostraba a una despampanante chica en bikini sosteniendo una lata de cerveza.
Al verla, la joven comentó con sarcasmo:
—Creo que si me tomara seis de esas cervezas me parecería a ella.
—No —rectificó mi amigo—. Te parecerías a ella si yo fuera el que se las toma.