Por Oscar Zepeda
Y mientras los ojos del mundo se enfocan en los talibanes y Afganistán, tal vez para pocos, el regreso a clases fue el soñado, dejando puntual a sus hijos en la puerta de la escuela, o verlos irse en el autobús para que lleguen a tiempo con sus maestros, que lleven su lonchera con su manzanita incluida y que regresen como se tenía planeado, siguiendo todos los protocolos de salud habidos y por haber.
Con sus mascarillas puestas, que no lleven fiebre, y que no hayan tenido contacto con ningún caso sospechoso de coronavirus, y vaya con un desayunito en el estómago para que esté bien concentrado en la escuela.
Pero cuando esto no pasa así en los primeros días, y que, por el contrario, se convierte en una pesadilla cuando aún no le dicen el horario de clases, en qué autobús se tiene que ir, cuál es el horario de clases, si debe hacer un trámite previo para sacar una identificación y tener acceso a los alimentos en la cafetería, cuando en la enfermería no le han comunicado a los maestros que alguno de sus hijos debe tomar un medicamento y todos los “tichers” deben de saber.
Cuando esto sucede, mis queridos tres o cuatro lectores, se convierte en un verdadero caos, pero no pasa nada, son los primeros días, están en ajustes escolares y es normal.
En otras palabras “teikirisy”, llévatela calmada, dale dinero al chamaco para que compre en la cafetería de la escuela, en el caso de no le den el “breifas” gratis; sal de tu trabajo para llevarlo y traerlo a la escuela, mándales un email a los “tichers” para que te actualicen o les llamas por teléfono, y aquí no ha pasado nada.
Por otra parte, y cambiando de tema a uno menos estresante, déjenme comentarles que siguen llegando los cheques por el crédito de los niños, el IRS envía un adelanto, escuche bien, es un adelanto de lo que va a reclamar el año entrante.
No crea que va a reclamarlo completito cuando haga su declaración de impuestos y vaya bien contento porque tiene 4 niños y le van a dar varios miles de dólares como de costumbre.
No, para nada, ya se lo están adelantando y póngase listo y hable con su contador o preparador profesional de impuestos, porque se puede llevar un buen susto, no vaya a pasar que le toque pagarle al Tío Sam.
Están llegando puntualmente, entre el 13 y 15 de cada mes mediante depósito directo o cheque, entre $250 y $300 dolarucos por “chail”, usted sabe si se los gasta o les deja a ver cómo le va con sus taxas el próximo año.
Hasta la próxima y que tengan un excelente fin de semana.