Una pareja de ancianos va a un restaurante de comida rápida, donde con cuidado el anciano divide en dos la hamburguesa y las papas fritas. Un camionero siente pena por ellos y se ofrece a comprarle otra hamburguesa a la viejita.
—No se preocupe, dice el anciano, nosotros compartimos todo.
Unos minutos después, el camionero se da cuenta de que la viejita no ha probado bocado.
—De verdad no me importa comprarle otra hamburguesa, insiste.
—No se preocupe, ella comerá su parte, le asegura el anciano. Lo compartimos todo.
Poco convencido, el camionero le pregunta a la anciana:
— ¿Por qué no come?
— ¡Porque estoy esperando a que mi esposo me preste la dentadura!
Seguridad
En una feria, un hombre se topa con la tienda de campaña de una adivina. Pensando en pasar un buen rato, entra en ella y se sienta.
— Puedo ver que es padre de dos, dice la vidente, mirando su bola de cristal.
— ¡Ajá! Eso es lo que usted cree
— Dice el hombre con desdén: Soy padre de tres.
— ¡Ajá! dice la adivina. Eso es lo que usted cree.