Por Sandra Gómez/Psicóloga
Es posible que usted o alguien que conoce este experimentando tristeza o depresión este fin de año a causa de la pandemia y todo lo que ha impactado su vida en estos nueve meses.
Comúnmente hablamos de la tristeza y depresión como si fueran sinónimos, pero realmente no lo son.
Es necesario diferenciar la depresión de la tristeza, ya que en ambas hay un sentimiento de abatimiento, pero sus características, intensidad y la manera de tratarlas son diferentes.
La depresión, es un sentimiento depresivo que dura mínimo dos semanas, se caracteriza por la pérdida de interés y la incapacidad de placer. Este sentimiento está acompañado por algunas de estas características: pérdida o incremento del sueño, fatiga o pérdida de energía, sentimiento de no valer o de valer poco, disminución de la capacidad de pensamiento o concentración, aumento o pérdida de peso, pensamientos de muerte.
Se manifiesta de diferentes maneras en niños, adolescentes y adultos, y usualmente requiere de medicamentos y/o terapia.
En los adolescentes depresivos se presentan las características anteriores, y usualmente, está remarcado el aislamiento (no querer estar con otras personas).
En los niños también se presentan casos de depresión, usualmente caracterizados por el aumento de la agresividad, el desinterés por las actividades, los cambios en el sueño y los niveles de apetito.
La depresión puede aparecer por un desbalance químico, una experiencia de vida o ambos. Hay enfermedades que generan un desbalance químico que aumentan la probabilidad de depresión o hay eventos como la pérdida de un ser querido que puede generar depresión.
Si usted o alguien de su familia cree estar deprimido, por favor, acuda a un médico o consejero lo más pronto posible. Esa sensación agobiante que siente desaparecerá cuando inicie un tratamiento.
A diferencia de la depresión, la tristeza no necesita tratamiento, ya que desaparece después de un tiempo. Es una de las emociones básicas del ser humano como el miedo, la ira, la sorpresa y la alegría. Todas estas emociones son necesarias, pues constituyen parte normal de la vida.
A menudo, cuando las expectativas no se ven cumplidas y cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres, nos sentimos tristes. Por lo tanto, durante esta pandemia, es posible que los sentimientos de tristeza hayan incrementado.
Si se siente triste, permítase sentirla e incremente las actividades que le hacen feliz y recargan, esto le ayudara a mantenerse más equilibrio durante estos momentos de incertidumbre.
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