Por Nina Abney y Rachel Dewees
Las altas temperaturas nos afectan a todos, pero para los adultos mayores aún más ya que nuestra capacidad para hacer frente a los efectos de las altas temperaturas, la alta humedad y el calor del sol disminuye a medida que envejecemos.
Además, las personas mayores tienen más probabilidades de padecer enfermedades crónicas como la diabetes y la enfermedad pulmonar, lo que puede reducir su capacidad para hacer frente a las olas de calor aún más.
Cómo prevenir
Beba más agua de la que cree que necesita. Luego beba un poco más.
Las personas mayores de 60 años ya enfrentan un mayor riesgo de deshidratación en general, y el clima cálido puede empeorar las cosas. No tener suficiente agua en su sistema puede causar sensación de desmayo y náuseas, lo que puede provocar mareos y caídas.
Agrega que los adultos mayores con demencia tienen riesgos especiales, porque los cambios en su cerebro impedirles comunicar su angustia.
Cree, o encuentre, un lugar fresco para usted o su ser querido.
Utilizar aire acondicionado, ventiladores, cerrar las cortinas y persianas, y mantenerse fuera del sol durante el calor del día, pueden realmente ayudar a los adultos mayores a mantenerse frescos.
Lo mismo ocurre con las duchas o baños fríos, hacer correr agua fría sobre partes del cuerpo o mantener a mano paños fríos y húmedos.
Para aquellas personas que no tienen aire acondicionado, o que están preocupadas por hacerlo funcionar demasiado por razones financieras, muchas comunidades ofrecen centros de enfriamiento gratuitos durante las épocas más calurosas del año.
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