Por: Dulce Ortiz
En este día, una época en la que nuestra comunidad inmigrante sigue siendo atacada, y recientemente el líder de esta Nación amenazó con tener redadas de ICE en todo el país, no basta nada más en conocer nuestros derechos. Tenemos que ir más allá y estar más involucrados cívicamente.
Mayoría de nuestra comunidad Hispana no votó en las elecciones presidenciales de 2016. Éramos una mayor proporción de votantes en 2016 (9.2 por ciento) y en 2012 (8.4 por ciento), pero nuestra tasa de votación fue esencialmente plana, 48 por ciento en 2012 y 47.6 por ciento en 2016. (Pew Research Center).
Gran parte de nuestra comunidad Hispana no puede o no es elegible para votar, pero eso no significa que no tengamos el poder de hacer cambios. Todos tenemos amigos, hermanas, hermanos, tías, tíos, familiares y amigos que pueden votar. Debemos educarnos sobre los candidatos que se están postulando no solo para presidente sino también a nivel federal, estatal y local. Luego tenemos que alentar y recordar a los que pueden votar que sean una voz para aquellos que no pueden votar. He tocado miles de puertas alentando a nuestra comunidad que salgan a votar. Muchas veces escuché “¡Mi voto no cuenta, todos estos políticos son rateros!” Y esa mentalidad que traemos de nuestros países, es la cual nos sigue lastimando en este país.
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