Por PF Staff
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FIFA.- Nacer Chadli todavía tiene una bola en el vientre de tanto pensar. Hace seis meses, creía estar maldito. “Cada vez que regresaba de una lesión, volvía a lesionarme. No lograba descubrir por qué mi cuerpo ya no me respondía. Así que me dije que era el destino y que debía aceptarlo”, confiesa a FIFA.com. Sin embargo, su buena estrella estaba en camino, e iba a brillar por encima de él por primera vez el 2 de julio contra Japón.
Tras ir perdiendo por 0-2 en octavos de final, Bélgica rubricó la mayor remontada de su historia en un Mundial. Un guión que se escribió en gran parte con los pies de Chadli, quien estuvo en todas las buenas jugadas desde que salió desde el banquillo antes de poner el broche de oro: el gol de la clasificación para los cuartos de final.
Cuatro días después, contra Brasil, uno de los defensas-delanteros del sistema de Roberto Martínez afrontó su primer partido como titular desde octubre de 2017 (con el West Bromwich inglés), y no tardó en firmar el saque de esquina que supuso el primer gol belga.
La temporada pasada, Chadli solamente jugó 215 minutos en la Premier League, antes de experimentar un descenso de categoría por primera vez en su carrera. Unos meses más tarde, se dispone a disputar una semifinal de un Mundial contra Francia tras haber pasado ya 199 minutos sobre los terrenos de juego rusos.
“He vivido un año caótico. Ha sido realmente duro, hasta el punto de que me pregunté si iba a seguir jugando al fútbol. Lo que estoy viviendo ahora es irreal. Estoy en la gloria, sencillamente”, señala uno de los Diablos Rojos más polivalentes.