Humor lingüístico, el que entendió, entendió:

  • ¿Por qué vas tan elegante a la universidad?
  • Porque tengo clase.
  • Quisiera comprar un libro sobre la fatiga y el cansancio.
  • Lo siento, están agotados.
  • Oye, ¿Te gusta la teoría de Einstein?
  • Relativamente.
  • Alguna vez pensé que entre tú y yo todo se podría.
  • Y pues sí, se pudrió.
  • Mi hijo está practicando natación.
  • ¿Y qué tal le va?
  • Nada mal.
  • Doctor, soy asmática, ¿Es grave?
  • No, señora, es esdrújula.
  • El mes pasado contraí matrimonio.
  • contraje.
  • Claro, tenía que ser formal.
  • No me quieres porque soy daltónico, ¿verdad, Celeste?
  • ¡Me llamo Violeta!
  • Oye, ¿cómo te llamas?
  • No soy el ayer, ni soy el mañana.
  • De qué hablas?
  • Me llamo Eloy.
  • Hola, cielo, ¿Cómo estás?
  • Parcialmente nublado, con probabilidades de lluvia.
  • Joven, ¿Podría decirme dónde vio por última vez a la señora de las empanadas?
  • Por su puesto.