Suertudo
Cierto día, un hombre envió a su hijo al banco, con el dinero justo para que pagara las cuentas de la luz y el agua. Era el día límite de pago para evitar el corte de los servicios, y también era el último vestigio de dinero con que la familia contaría ese mes.
El muchacho iba por la calle, cuando de repente vio un letrero que decía: ¡Espectacular Rifa! Compre su boleto y participe en el sorteo de 2 camionetas Pick-up de cero kilómetros.
El chico pensó: ‘Yo podría ganarme esa rifa, ¡y dejaría a mi papá con una trocona y con dinero sobrando!’. Sin dudarlo más, utilizó el dinero de los recibos para comprar algunos boletos. No dijo nada al llegar a casa, y se fue a dormir.
Al día siguiente el papá se levanta preocupado por las cuentas por pagar, y le pregunta al hijo si al menos pagó los 2 recibos para los que había logrado conseguir algo de dinero. El muchacho le confiesa que usó el dinero para comprar boletos para una rifa, pero le dice que no se preocupara, que en 2 días serían los propietarios de 2 camionetas nuevecitas.
¡El papá se convirtió en una fiera! ¡Se puso como loco! Gritó, berreó, se lamentó porque aquel dinero era prestado y era el único que le quedaba para pagar cuentas… y para terminar el regaño, le dio la respectiva chinga al pendejo de su hijo.
La casa quedó en un lúgubre y triste silencio durante esos dos días de espera hasta que llegó el día del sorteo… y entonces…
SORPRESAAAA…!!!!!!!!!
¡Al despertar, a la familia la esperaba una gran sorpresa… frente a su casa, estaban estacionadas 2 camionetas!
Todos se quedaron incrédulos ante la realidad, se abrazaron, y no pudiendo aguantar más, rompieron a llorar todos juntos.
Sí… allí estaban estacionadas las 2 camionetas: Una del agua y otra de la electricidad.