Por Oscar Zepeda
Lo prometido es deuda, la semana pasada adelanté que les hablaría en esta edición sobre una vieja costumbre de tomar ventaja del dinero que se manda a nuestros países por parte de las oficinas o casas de envíos, en este caso me voy a referir a la conocida como Order Express, hay una que se encuentra en Waukegan, en la Washington Street, a unos pasos de la Jackson Street.
Empecemos cronológicamente, mis queridos tres o cuatro lectores, para no confundirlos con el tema.
Martes 18 de junio, acudo a la dicha sucursal a realizar un envío a cuenta Bancomer, la chica muy amable, hasta ese momento, porque cuando se vino la bronca ya no quiso tomar mis llamadas, bueno, prosigamos, me pide mis datos y los del destinatario, cuanta clabe (con b grande) y ella misma se encarga de poner los números en su sistema y de darme el recibo de confirmación del citado envío a cuenta de banco, recalco, de banco.
El recibo dice claramente que el dinero estaría disponible al siguiente día, por lo que le tomo foto al recibo y se lo mando por WhatsApp al destinatario en la Ciudad de México, foto que fue recibida con beneplácito.
Pasa el tiempo, miércoles 19, jueves 20 y hasta el viernes 21, la beneficiaria recibe una llamada de un tal Antonio Vázquez, preguntaba que si conocía a Oscar Zepeda que le hizo un envío de dinero y que ocupaba su información del Instituto Nacional Electoral, en otras palabras de la credencial de elector, para proceder con el envío.
Qué haría usted si le marcan en chilangolandia y le preguntan de esa forma, sin previo aviso a la hora de hacer el envío, obvio que le cuelga y lo manda por un tubo, a qué persona se le va a ocurrir dar información personal y menos si se trata de dinero.
Empieza el show, la beneficiaria acude al banco, inserta su tarjeta en el cajero para disponer del dinero que, según el recibo, estaría disponible desde el miércoles 19, y cuál es la sorpresa, que no hay tal depósito, ya era viernes 21.
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