Los demonios andan sueltos

Kenosha amanece, el lunes 24 de agosto, con grandes destrozos. /Foto: Internet
Por Oscar Zepeda
Kenosha se convirtió lo más parecido a una zona de guerra el pasado domingo por la noche, luego de que un oficial de la policía le propinara 7 tiros en la espalda al Jacob Blake, afroamericano de 29 años quien se negó a ser arrestado.
El odio y el salvajismo salieron a relucir bajo la excusa de la búsqueda de justicia por la cobarde y falta de profesionalismo policiaco que se vio deficiente para someter a dicha persona.
Hasta el cierre de esta edición Blake se debatía entre la vida y la muerte en estado crítico en un hospital, pero qué es lo que justifica todos los desmanes causados posterior al incidente.
La comunidad pide saciar ese odio y se llevan de por medio el esfuerzo y trabajo de muchas personas que nada tienen que ver con los hechos, hechos que no dejan de ser una barbarie.
Entre los destrozos, hubo un apartamento que fue incendiado y la familia que lo habitaba pudo haber tenido un final de terror, pero fueron evacuados a tiempo.
No cabe duda, mis queridos tres o cuatro lectores, que los demonios andan sueltos y que alguien disfruta de todos estos males.
Se nota la tensión a nivel nacional, el odio brota en todos lados y los actos vandálicos no se hacen esperar, están a la orden del día, hacen falta cambios que traigan tranquilidad y estabilidad.
No podemos caer en provocaciones, debemos mantener la calma y alejarnos de situaciones que generen un riesgo para la integridad física.
Últimamente las protestas terminan en caos, las malas personas utilizan estos actos para delinquir y ocultarse en las sombras de la noche para destruir lo que muchos han levantado a base se sudor y sacrificio.
Se avecinan las elecciones generales del 3 de noviembre, aquí es donde hay que salir a realizar cambios en el gobierno, aquí es donde hay que decidir el rumbo del país, de nuestro estado y a nivel local.
El voto es lo único que cambia las formas de gobierno, es hora de votar y de hacer valer nuestro derecho, además, es a la único que teme el funcionario público, no a los actos vandálicos en las calles.
Hasta la próxima y que tenga un excelente fin de semana.