Por Oscar Zepeda
Terminó la etapa de la prepotencia, de la imposición, del racismo, del extremismo, del miedo, eso quedó atrás con la derrota de Trump en las urnas electorales del pasado mes de noviembre.
Ahora viene la etapa de la esperanza, de ver luz en el túnel con la llegada del presidente número 46 con Joe Biden, quien llega en el peor momento en la historia de los Estados Unidos, donde han muerto miles de personas, probablemente en gran parte, al mal manejo de la crisis de salud de Trump, quien, hasta el día de su esperada salida, no utilizaba el cubrebocas.
La etapa que acabamos de vivir pasará, sin duda, a una historia crítica, dolorosa, y somos parte de ella, con una crisis económica que no termina, y no terminará mientras no cese la pandemia del Coronavirus.
Sin tomar partido, Biden trae esa ilusión de un cambio positivo, pues para principio de cuentas, promete una reforma migratoria inmediata, que ahora, sin trabajas en las ramas legislativas, de representantes y del senado, puede ser aprobada para dar asilo legar a millones de personas que aún viven entre las sombras pero que sí aportan impuestos al gobierno.
En lo que sí coincido con los cambios migratorios para lograr la residencia y posteriormente la ciudadanía, es que debemos aprender el idioma inglés, esto nos abre el camino a una mejor vida, no podemos vivir en el conformismo que nos caracteriza como hispanos y seguir viviendo amotinados en sótanos o áticos.
Debemos darles a nuestros hijos una mejor calidad de vida y la educación es el mejor camino para lograrlo, así que como decía un viejo comercial educativo: “La escuela no está lejos”.
Todos queremos vivir en paz y progresar, el odio y el rencor no permiten el desarrollo, y eso, se fue a la Florida, lamentable para los vecinos del Trump, que ya se están quejando de que, con su llegada, la paz se terminará abruptamente.
Y se preguntará por qué, simplemente por la estricta vigilancia del servicio secreto que seguirá cuidando al berrinchudo inquilino, incluso, el bloqueo y vigilancia de calles diariamente.
La nueva etapa ha llegado, mis queridos tres o cuatro lectores, y también seremos parte de ella, la etapa de la esperanza para un mejor futuro, futuro que podemos lograr si todos ponemos las pilas para trabajar por el bien del país.
Hasta la próxima y que tengan un excelente fin de semana.