Por Oscar Zepeda
Hasta dónde ha llegado la Federación Mexicana de Futbol de privar de la libertad de expresión a los fanáticos, bueno, para muchos, la expresión arriba mencionada en esta editorial es homofóbica, pero en México es parte del albur tradicional, donde no pasa más que un rato de diversión y todos, al final de partido se van a compartir y a tomar unas cervezas.
Se imaginan si esto pasara en la lucha libre, el segundo deporte nacional de mayor simpatía en México en el cual los mismos luchadores incitan al público a sacar todo el estrés de la semana y precisamente aquí el recordatorio del día de las madres es el chile en el molcajete.
Si esto pasara en la lucha libre, no sería lucha libre, es como hacer salsa picante sin chiles o sin tomates, y es precisamente aquí en este deporte de rudos y técnicos donde todos, sin excepción, porque lo he vivido, todos los asistentes, ya sean homosexuales, lesbianas, transgénero, hombres, mujeres, todos, sacan el “fuaaa” con sus gritos altisonantes que hacen de este deporte todo un espectáculo, y nadie se queja, nadie dice nada, por el contrario, todos salimos desestresados y sin la menor intención de ofender después de que termina el show.
Después de este breve paréntesis, mis queridos tres o cuatro lectores, déjenme decirles que la Comisión Disciplinaria aplicará sanciones dramáticas contra los que los hacen ricos, o sea, los aficionados, con sus medidas ridículas cuando haya partidos de liga como de la selección mexicana.
Ahí le van
Aviso en el sonido local y sacar del estadio a toda persona que grite (ya sabe la frase)
Suspensión del partido durante 5 minutos y retirar a toda persona que grite.
Suspensión del partido, retirando a los jugadores del terreno de juego durante un tiempo razonable y retirar a toda persona que grite.
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