Por Oscar Zepeda
Cuando aún no nos reponemos de la masacre en Highland Park, nos llega la noticia de que un jovencito, casi niño de 15 años abrió fuego contra otro menor de edad, de 17 años, esto en Zion, hace apenas unos días.
El punto es la violencia, la muerte a causa de las armas, y a manos de un menor de edad, y la pregunta obligada, dónde están los padres de este niño de 15 que pudo tener acceso a un arma y disparar sin mirar las consecuencias en contra de otro menor, según los comentarios, simplemente para robarle algún objeto.
Sin duda hay muchos factores que llevaron a este menor a echar a perder su vida a tan corta edad, y peor aún, dejó sin vida a un chico que apenas empezaba a vivir.
Me adelanto a especular, y no lo justifico, pero responsabilizo a sus padres por no darle el tiempo para guiarlo por el buen camino, creo que de ahí parte la formación de una persona, del buen ejemplo, de la disciplina, del amor y de la buena comunicación en el seno del hogar.
Hay muchos comentarios en el post que subimos en Facebook: Puro Futbol Newspaper, donde enfatizan la necesidad de mano dura en el hogar y de cómo se logra tener sangre fría para jalar el gatillo para privar de la vida a una persona.
Obviamente, para un joven con una familia disfuncional, apretar el gatillo resulta fácil, la pesadilla viene después cuando empiezan a darse cuenta del impacto negativo que han causado, cuando no vean la luz del día, cuando estén aislados y empiecen a ser abusados tras las rejas.
Este chico deja un agujero imposible de cerrar en una familia, a quien enviamos nuestras más sinceras condolencias, pues solo de pensar en el ambiente de tristeza, impotencia y desolación, me eriza la piel.
Y… ¿cómo se frena la delincuencia juvenil? Si en casa no les damos tiempo a nuestros hijos, si no salimos con ellos y platicamos de padre a hijo, si no les dedicamos esos minutos valiosos que ellos ocupan, si no les preguntamos cómo les fue en la escuela, si no le ayudamos a hacer su tarea.
Vivimos días complicados, tenemos dos trabajos o hasta tres, hacemos muchas horas extras, trabajamos tercer turno, los fines de semana, sábado o domingo, y ya no vemos el crecimiento de los chavos hasta que llega ese momento en que ya no los conocemos.
Así que es hora de reconectar con ellos, de hacer ese esfuerzo, incluyendo la paciencia para entenderlos y escucharlos, es la única forma de tener ese acercamiento para lograr conectarnos, y claro, no es cosa fácil, como decir: “Enchílame otra”.
Lleva su tiempo, pero vale la pena, sobre todo porque aún se puede evitar esa tragedia que no queremos que pase en nuestros hogares, recuerde que no es fácil, pero está en nuestras manos.
Hasta la próxima y que tengan un excelente fin de semana.