Causa común de defectos congénitos

Consulte con su doctor por cualquier duda o sospecha. /Foto: Cortesía StatePoint

Por Oscar Zepeda

El citomegalovirus (CMV) es un virus común que infecta a personas de todas las edades y pertenece a la misma familia que otros virus comunes como el virus de la varicela. Cuando una mujer embarazada contrae CMV y el feto en creci­miento se infecta, esto se conoce como CMV congénito (cCMV) y afecta aproximadamente a 1 de cada 200 bebés.
Si bien la mayoría de los bebés que nacen con cCMV no desarrollan signos de infección, aproximadamente 1 de cada 5 tendrá defectos congénitos u otros problemas de salud a largo plazo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Los signos al nacer pueden incluir erupción cutánea, ictericia, micro­cefalia (tamaño pequeño de la cabeza), bajo peso al nacer, agran­damiento del hígado y el bazo, convulsiones y daño en la retina del ojo. Los problemas a largo plazo pueden incluir cambios en la audición y la visión, retraso en el desarrollo o en la motricidad, microcefalia, falta de coordinación o debilidad y convulsiones.
Los niños pequeños con CMV pueden transmitir el virus a sus padres. Por eso, la American Academy of Pediatrics (AAP) ofrece estos consejos a los padres, proveedores de cuidado infantil y mujeres embarazadas para reducir sus probabilidades de infección:

  • Reduzca el contacto con la saliva y la orina de bebés y niños pequeños.
  • No comparta alimentos, utensi­lios, tazas o chupetes con un niño.
  • Lávese las manos con agua y jabón después de cambiar pañales o ayudar a un niño a usar el baño.
    Si su recién nacido presenta signos de cCMV, visite a su pediatra lo antes posible. Se deben realizar las pruebas de cCMV den­tro de las 2 a 3 semanas posteriores al nacimiento del bebé. Si su bebé tiene cCMV y muestra signos de infección, los antivirales pueden ayudar, aunque los bebés que están siendo tratados con estos medica­mentos deben ser vigilados de cerca por su médico para detectar posibles efectos secundarios.
    La AAP ofrece recursos para médicos integrales para ayudarles a identificar el cCMV y apoyar el tratamiento del virus, así como re­cursos para familias y cuidadores.
    “Es importante recordar que muchos de nosotros no sabemos si tenemos una infección por CMV. Incluso sin síntomas, podemos pro­pagar el virus a través de fluidos corporales como la orina y la sa­liva. Reducir la propagación del virus a las mujeres embarazadas y a otras personas en riesgo de enfer­medad grave, así como conocer los signos del cCMV, es esencial”, dice Mary T. Caserta, MD, FAAP, profesora de pediatría en enferme­dades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Rochester y miembro del Comité de Enfermedades Infecciosas de la AAP.
    Hasta la próxima y que tengan un excelente fin de semana.

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