Por PF Staff
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La independencia de México (16 de septiembre de 1810 – 27 de septiembre de 1821). Para lograr el nacimiento de la nación mexicana, los mexicanos tuvieron que presenciar una larga guerra de once años. El objetivo general de este movimiento de carácter armado, era realizar un cambio social, liberando el virreinato del yugo español. Antes de este histórico momento ya existían antecedentes ideológicos rondando en las mentes y también generando reflexiones en el resto de la población que tenía acceso a estos mensajes. Criollos ilustrados como fray Melchor de Talamantes, difundieron estos postulados por medio de escritos subversivos, en ellos se redactaron mensajes que animaron la independencia de México, sustentando el mal gobierno de los peninsulares en el virreinato de Nueva España.
Entre las causas que llevaron al estallido del movimiento, podemos comprender que fue similar a los distintos virreinatos en manos de la metrópoli española: los privilegios que la corona y las autoridades virreinales le concedían a los españoles radicados en el virreinato por encima de la naciente burguesía criolla, los cargos públicos no eran de fácil acceso para los criollos, las mercedes en la explotación minera y el reparto de las tierras cultivables beneficiaba a los peninsulares por encima de los criollos, la pésima situación social, las diversas épocas de hambruna por la mala administración de las riquezas, en fin. Todo esto generó que los criollos anhelaran consolidar sus negocios sin intermediarios peninsulares ni la Corona.
Otro detonante fue la realidad política que vivía España: la invasión en cabeza de Napoleón Bonaparte agudizó la ola de inestabilidad en la metrópoli. España no podía solucionar sus problemas internos; mucho más complejo resultó supervisar y encargarse de la administración de los virreinatos en su poder. Dicha hostilidad fue aprovechada por los pensadores de la independencia y vista como el momento propicio para desarrollar la insurgencia. Los acontecimientos de la reciente Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos jugaron un papel motivacional en el movimiento independentista.
En los encuentros clandestinos donde se fraguaba la Independencia y con ella toda una visión de soberanía. Sirvieron como fundamento el liberalismo proveniente de la Ilustración por exponentes como Rousseau y Montesquieu, basados en esto nació un incipiente nacionalismo criollo que forjó una identidad patriótica, animando a los más marginados a levantarse contra el yugo español, a pesar de que los ideales de Hidalgo y sus congéneres realmente no apuntaban a la igualdad de los grupos sociales.
El proceso de independencia inicia con la conspiración de Querétaro, liderada por los corregidores Josefa Ortiz de Domínguez y José Miguel, en compañía de los militares Juan Aldama, Mariano Abasolo e Ignacio Allende, además del cura Miguel Hidalgo y Costilla. La conspiración fue detectada el 9 de septiembre de 1810 gracias a un cura que escucha el plan e inmediatamente dio aviso a las autoridades.
De inmediato se dictamina la detención de los jefes revolucionarios, el independentista Juan Aldama se albergó en la iglesia de Los Dolores en donde es párroco Miguel Hidalgo. Ante la apremiante llegada de las tropas, el sacerdote aprovecha la misa dominical para convocar a una rebelión a la que responden satisfactoriamente miles de mexicanos, Hidalgo aviva con su voz a la multitud y los exhorta a iniciar la rebelión, a este llamado se le denominó el Grito de Dolores. Esta etapa termina con la batalla del Puente de Calderón, se confrontaron las fuerzas insurgentes y las fuerzas realistas, el 17 de enero de 1811 en Puente de Calderón, Guadalajara. Las fuerzas realistas al mando de Hidalgo contenían unos 100000 hombres, el doble de los hombres realistas. No obstante, la guerra fue controlada por los realistas. Poco después, fue capturado y fusilado el 30 de julio de 1811.
Posteriormente, los insurgentes conquistaron varios triunfos en las regiones del centro, en Cuautla, y en el sur, en Acapulco y Chilpancingo, donde incluso gestionó el primer Congreso de Anáhuac, José María Morelos leyó una carta en donde expresó la importancia de los Derechos Humanos y de la Libertad de un pueblo para obtener su soberanía. En suma, se abolió la esclavitud, se redactaron derechos del pueblo, sin distinción; y se modificó el reparto de los latifundios, todo esto en miras a la Independencia. La siguiente acción pro independencia fue la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco, lugar estratégico porque allí llegaban las armas y mercancía de la península, Morelos era el doliente de esta incursión militar que tras varios meses de tire y afloje logran vencer al ejercito realista.
Con el fusilamiento de Hidalgo se generó un gran vacío de poder en el grupo insurgente y los realistas, aprovecharon la situación, al mando del General Félix María Calleja, reorganizaron sus fuerzas y recuperaron la ofensiva. En esta etapa vencen las fuerzas insurgentes y, técnicamente, los defensores de la monarquía han ganado. Las fuerzas insurgentes siguieron en pie, por ejemplo, la de Guerrero. Apelando a la diplomacia nace el Plan de las Tres Garantías, se ocupó de aspectos referentes a la Religión, Independencia y la unión de México. Básicamente pretendió: definir el catolicismo como religión nacional, dictar la independencia de México del Imperio Español y proclamar la igualdad social de todos los habitantes del naciente país.
Luego de largos periodos de turbulencia civil y militar el 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante vencen al realista, al mando de un ex realista, Agustín de Iturbide. Cuando hizo parte de las tropas realistas, durante el Grito de Dolores, luchó en contra de Hidalgo, pero años después se desilusionó de su bando y se alió con Guerrero, participando en el Congreso. Iturbide con su genio militar logró arribar triunfalistas, junto con Vicente Guerrero, a la Ciudad de México. El contingente, compuesto por los soldados del General Iturbide y los insurgentes que aún quedaban, avanzó por el Centro Histórico hasta alcanzar la popular plancha del Zócalo. Con esta escena terminó formalmente la lucha por la Independencia de México.