Por Frank Sánchez
Cuando el director de Puro Futbol me propuso escribirle un artículo para su periódico, me pregunté a mi mismo: “¿Sobre qué puedo escribir?” Tras darle vueltas durante varios días, llegué a la conclusión de que podría escribir sobre el motivo por el cual nos conocemos Oscar y yo. El motivo por el cual nuestras vidas se cruzaron hace tres años. Me llamo Frank y soy uno de los Profesores Visitantes que contratan en España para venir a enseñar materias en español en las escuelas de Waukegan. En el distrito escolar y en mi escuela, la Glen Flora, me conocen como Mr. Sánchez y voy a contarles cómo me ha ido la vida durante estos tres años. Hace tres años descubrí la posibilidad de venir a enseñar a EEUU, y desde entonces, no me arrepiento de haber aprovechado esa oportunidad. Cuando llegué a Waukegan, me sentí muy afortunado por hablar el mismo idioma que la mayoría de estudiantes y habitantes de aquí. Concretamente, tenemos un 80 por ciento de población de habla hispana en nuestro distrito, por lo que enseñar en español se hace indispensable. Gracias a nuestro idioma, pude hacer amigos dentro y fuera de la escuela. Fue en una de esas barbacoas con tacos, ataúd y rica aguja norteña, donde conocí a Oscar. Ahí me contó que dirigía un periódico local, y que con la ayuda de su familia ofrecían una lectura en español a la población sobre temas de actualidad. Desde entonces, cada vez que tengo la oportunidad, agarro un periódico y me lo llevo a casa para leer las noticias y reírme con los chistes. Otro de los apartados que me gusta es la editorial, donde Oscar les escribe a sus tres o cuatro amigos lectores sobre temas que le conciernen. Temas como la educación en Waukegan. Gracias a la aprobación de la Junta de Educación del Distrito # 60 y al gran trabajo de Recursos Humanos reclutando profesores, aquí estoy. Una de las primeras aclaraciones que les hago a mis estudiantes cada año es que el español de España es un poco diferente al español de aquí. Tenemos algunas palabras que no son “bad words” como en México, y algunas letras las pronunciamos diferentes, como la “c” o la “z”. Mis pequeños aprendices, cada año, se quedan sorprendidos por mi acento, por las anécdotas que les cuento de España y por las payasadas que hago en clase con tal de mantener su atención. Ellos me enseñaron que “carpeta” significa “alfombra” y que “lanchera” significa “fiambrera”, donde puedo guardar el “elote” que no sabía que estaba tan rico. Ellos me enseñaron que tengo que conducir un “carro” en lugar de “coche”, y no muy rápido, porque si no me ponen un “ticket”, que es una “multa” en España. Siempre digo que no importa cómo te expreses, si el mensaje se entiende. Este año es mi último año enseñando en Waukegan. Me vuelvo con una maleta llena de regalitos de amigos que jamás olvidaré, regalitos de mexicanos, puertorriqueños y hondureños, regalitos de mis estudiantes y de sus familias, que han formado parte de estos tres maravillosos años. Gracias Óscar y Mayte por lo que hacéis.