Por Sandra Gómez/Master en Psicología
Si bien hay áreas de la personalidad que voluntariamente no podemos controlar, hay muchos aspectos que están en las manos de los padres, para beneficio de una personalidad saludable.
Mencionaré algunos
De 0 a 3 años aproximadamente, lo más importante es el contacto físico afectivo. Aquí los abrazos, besos y caricias; son los que más cuentan. También son importantes las rutinas como el comer a ciertas horas, ir a la cama en las noches usando el mismo proceso cada día.
Si los padres pueden dar un ambiente estable donde el niño se sienta seguro, el niño podrá usar su energía en beneficio de su propio desarrollo; porque esta es la etapa donde hay más crecimiento y cambios físicos, emocionales y cognitivos.
De 3 a 10 años, son determinantes las palabras positivas, porque los niños se están haciendo una idea de quién son ellos. El decir algo como, eres extraordinario, te amo, estoy orgulloso de ti, tiene un gran impacto en la personalidad. En estos años es necesario que el niño tenga la oportunidad de explorar el mundo más allá de la familia, no solo en casa y con juguete. Esta es una etapa donde se les muestra a los hijos, que el mundo tiene muchas opciones.
De los 10 a 18 años, se debe promover la confianza y autonomía de que ellos lo pueden lograr. Es el momento de permitirles ir tomando sus propias decisiones, por ejemplo: que deporte quieren practicar, preparar sus comidas favoritas, usar la ropa al estilo que les gusta, cumplir con sus responsabilidades académicas y en casa, pero administrando su propio tiempo. Durante estos años, los hijos están practicando para tomar control de su propia vida.
De los 18 años en adelante, es necesario no olvidar que eres el dueño de tu ser y tu vida, que puede lograr lo que quieres. De aquí en adelante no es responsabilidad de los padres, sino de cada persona, el proyectarse y construir la vida que desea.
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