Por Oscar Zepeda
Al parecer se les acabó el chistecito a ciertos negocios que le pegaban al “enmascarado” (calificativo utilizado en la terminología popular mexicana para referirse a alguien que se quiere pasar de listo) con su declaración de impuestos, pues por un lado la entregaban tarde o declaraban o declaran lo que no es.
El concilio de Waukegan aprobó una auditoría a los 18 hoteles y 50 de los 282 restaurantes, bares y otros negocios, entre ellos licorerías con licencia de máquinas de juegos.
Pero la pregunta obligada, ¿son los únicos negocios que evaden impuestos? A raíz de esta situación me topé con un recibo de compra que me llamó mucho la atención, primero, para saber cuánto costaban las teleras en ese lugar en comparación con otra panadería a donde suelo ir a comprarlas para hacerme mi torta de aguacate con chiles del monte, o de jamón, con lechuga, tomate, chiles en rajas, queso blanco, mayonesa, así como la del Chavo del 8.
Y luego de este paréntesis alimenticio, mis queridos tres o cuatro lectores, volvamos al famoso recibo de compra, el cual carecía de una razón social y no explicaba el nombre del producto comprado.
Ni tardo ni perezoso, guarde en mi bolsillo ese pedazo de papel que al ser analizado me trajo varias incógnitas (preguntas), como por ejemplo, desde cuándo dan ese tipo de recibos en esa panadería, si esa sería una forma para no reportar esos ingresos al fisco (ahora entiendo por qué el municipio quiere auditar a ciertos negocios) y, que tenía que consultar con alguien más para saber qué pasaba con ese tipo de recibos.
Y empecé a comparar con otros recibos, todos, tenían el nombre de la tienda, dirección, teléfono y aunque breve, una descripción de los comprado, menos el de las teleras.
“Recórcholis, santas teleras, Batman”, diría el joven maravilla, por lo que acudí con un experto en cuestiones contables para disipar algunas dudas, y, efectivamente, ese tipo de recibos se prestan para evitar pagar impuestos, y principalmente si el manejo del pago es en efectivo.
Así que no está de más que le dé una revisadita a los recibos de compras, sobretodo en estas fechas de festividades, donde no nos damos cuenta de lo que pagamos ni del cambio que nos regresan, ya que nos pueden dar gato por liebre.
Y hablando de festividades, desde la trinchera de este escritorio les deseamos lo mejor en este Día de Acción de Dar Gracias o Thanksgiving y si se la va a pachanguear, pues hágalo, y ponga a un conductor “resignado”, ya ve que los retenes están a la orden del día y seguirán hasta la próxima semana, y por supuesto, con ello los arrestos, pagos de multas, fianzas en caso de pisar el fresco bote, y párele de contar.
Hasta la próxima y que tenga un excelente fin de semana.