Por Oscar Zepeda
“Mi’jo, cuando muera, no quiero que nadie esté llorando, que me entierren cantando”, es una frase que escuchamos a menudo los mexicanos de nuestros padres o abuelos antes de fallecer.
Estos deseos se han cumplido por siglos y se transmiten de generación en generación de manera venerada y se espera con ansias la fecha para ir al panteón a dejar ofrendas, rituales y cumplir con el altar deseado de aquel familiar que se nos fue.
Sin entrar en muchos detalles sobre el significado del Día de Muertos, a esto le llamamos cultura y que ahora que estamos en Estados Unidos, debemos seguir inculcando, no solo a las nuevas generaciones, sino a nuestros vecinos, que sin importar color o raza, debemos darles a conocer de nuestra tradición que data de la era prehispánica.
En esta tradición, para los que aun siendo mexicanos no lo sabemos, tiene como finalidad celebrar a los muertos, rendirles un culto, honrarlos y hacer que sus almas descansen en paz, tradición que cuesta trabajo transmitir.
En la mayoría del país (México y Estados Unidos) se preparan con júbilo para mostrar con orgullo el festejo, preparan altares con flores, fotos, veladoras, con aquellas comidas como mole, pozole, pan, y bebidas como tequila, café, champurrado, chocolate o cerveza que en vida le gustaban al ahora muerto.
El panteón se llena de luz, de olores a cocina, a flores, se escucha música y el ambiente es de respeto y fiesta que se mezcla con tristeza porque la celebración no tiene al ser amado que se ha ido, a pesar de que todos han sido invitados al festejo.
Pero cómo podemos transmitir esas costumbres para que no se vayan perdiendo, obvio que cobrar para educar no es una solución, como el evento que se llevará a cabo en Waukegan, donde el alcohol no estará precisamente en el altar del ser fallecido, sino en la barra para beneficio del dueño del lugar.
Así es, mis queridos tres o cuatro lectores, en esta ocasión, creo que nuestros amigos organizadores se han equivocado al cobrar 10 dólares por transmitir la cultura del Día de Muertos, creo firmemente que no están bien informados, porque si lo estuvieran, hubieran desarrollado otras ideas para llevar a cabo esta celebración milenaria y llevarla a más familias.
Se imagina que usted les dijera a sus hijos; “Vengan, siéntense, les voy a explicar por qué celebramos a nuestros muertos, pero les voy a quitar unos dólares de su ahorro para comprarme un six de cerveza”.
¿Hasta dónde cree que llegará su legado?
Recalco, en Estados Unidos es aún más importante transmitir estas costumbres a nuestros hijos, principalmente porque festividades como Halloween, alejan al menor a que sepa sobre nuestras costumbres ancestrales.
Amigos organizadores, ayudemos a no iniciar con la destrucción de una de las dos costumbres que tenemos los hispanos, el día de nuestra independencia y la celebración de nuestros muertitos, vamos a informarnos más sobre este tipo de festividades que son la única herencia hispana que verdaderamente nos identifica.
Por otra parte, habrá eventos gratuitos del Día de Muertos en el parque Bowen en Waukegan, en el Belvidere Mall el domingo, y en el museo de Libertyville, 1899 W. Winchester Road in Libertyville, del 28 de octubre al 5 de noviembre, donde habrá una exposición muy impresionante que nos transportará y educará sobre el tema en discusión.
Hasta la próxima y que tenga un excelente fin de semana.