Por Oscar Zepeda
Para muchos, mayo trae una serie de eventos importantes a nuestras vidas, empezando con los festejos a mamá, que por cierto en este país es doble para las madres hispanas, y por el otro lado, este mes representa el fin de una etapa educativa para nuestros hijos, principalmente para aquellos que logran terminar ciertas etapas, desde kínder hasta preparatoria.
Es aquí donde vemos reflejado el gran esfuerzo de la familia que, por años, tuvo que madrugar, desvelarse, pasar hambres, preocupaciones, asistir a eventos escolares, ayudar en tareas o simplemente, llevarlos puntualmente a la escuela, lo que representa una parte importante al final del camino.
En este mes, se ven anuncios en los jardines de muchos hogares diciendo que el estudiante terminó, ya sea la secundaria o la prepa, y que sigue en el camino correcto del futuro escolar en busca de ese logro universitario que les traerá, con mayor facilidad, el sueño americano.
Es tiempo de ver las togas, esa prenda característica y distintiva de la antigua Roma, el vestido nacional de los romanos en tiempos de paz, cuya importancia cobró relevancia en el transcurso del tiempo por la forma y la disposición adoptada así como por su significado específico. Era un símbolo social que definía la categoría del portador frente a la gente que no podía disfrutar de este privilegio.
Y del birrete, gorro con forma prismática rematado con una borla, usado en actos ceremoniales, por magistrados, jueces, letrados, abogados y componentes de la comunidad universitaria en ocasiones solemnes. El mismo consiste en un panel horizontal de forma cuadrada fijado a un casquete, con una borla fijada a su centro.
Y después de conocer brevemente el significado de la toga y birrete, podremos identificar fácilmente la vestimenta con la que los estudiantes serán identificados es fin de mayo, cuando con todo orgullo pasen al frente por su certificado de estudios.
Sin duda alguna, es una ocasión muy solemne y especial para todos aquellos que logran completar sus estudios, principalmente para los hispanos en este país, que con ello demuestran su motivación y ganas de sobresalir y de ser alguien para beneficio común.
Aunque también, no podemos dejar pasar por alto que en gran medida, esos logros educativos se deben al indiscutible trabajo de los maestros, de aquellos que no tienen ocho horas de trabajo, que llegan a sus hogares y continúan trabajando, revisando tareas y programando el día siguiente, siendo los primeros en llegar a la escuela y los últimos en irse.
Enhorabuena para este gran equipo de trabajo, alumno, familia y maestro, que hacen posible estos días de celebración y de ganas de seguir avanzando.
Hasta la próxima y que tengan un excelente fin de semana.