Por Oscar Zepeda
El martes pasado nos despertamos con una capa densa de humo, a simple vista parecía una neblina producto de las nubes rondando bajo que se levantan horas más tarde para dar paso a un intenso y brillante sol.
Pero no fue así, al abrir la puerta y respirar esa bruma, claramente me di cuenta que se trataba de contaminantes de algún tipo, lo primero que vino a mi mente fue ese recuerdo a la capital mexicana, llena de humo y contaminación por todos lados.
Así que me di a la tarea de atender a algunas personas preocupadas por saber qué ocurría en nuestro entorno, un fenómeno poco o nunca visto en nuestra región de los grandes lagos, que a final de cuentas era una contaminación de posibles incendios al norte y que con las corrientes de aire se vinieron hasta nuestro condado y se prolonga a todo el medio oeste del país.
Según las fuentes meteorológicas, indican que cualquier exposición al aire, aunque sea por unos pocos minutos, puede provocar graves efectos en la salud de todas personas. Evite las actividades al aire libre.
Se trata de partículas finas que son partículas contaminantes inhalables con un diámetro inferior a 2,5 micrómetros que pueden entrar en los pulmones y en el torrente sanguíneo y provocar graves problemas de salud. Afectan de forma más grave a los pulmones y al corazón. La exposición a estas partículas puede provocar tos o dificultad para respirar, agravar el asma y desarrollar enfermedades respiratorias crónicas.
Señala la fuente informativa que la materia particulada está formada por partículas contaminantes inhalables con un diámetro inferior a 10 micrómetros. Las partículas de más de 2,5 micrómetros pueden depositarse en las vías respiratorias y provocar problemas de salud. La exposición puede provocar irritación de ojos y garganta, tos, dificultad para respirar y puede agravar el asma. Una exposición más frecuente y excesiva puede tener efectos más graves para la salud.
La inhalación de altos niveles de dióxido de nitrógeno aumenta el riesgo de afecciones respiratorias. La tos y la dificultad para respirar son un síntoma habitual, pero hay asociados problemas de salud más graves, como las infecciones respiratorias, que pueden aparecer tras una exposición más prolongada.
El ozono a nivel del suelo puede agravar las enfermedades respiratorias existentes y también provocar irritación de garganta, dolores de cabeza y dolor de pecho.
Los grupos sensibles sentirán inmediatamente los efectos sobre la salud y deben evitar las actividades al aire libre. Es probable que las personas sanas experimenten dificultad para respirar e irritación de la garganta; no salga y reprograme las actividades al aire libre.
Baso en estas recomendaciones sólo queda recurrir al cubrebocas y procurar cuidarnos lo más que se pueda mientras las mismas corrientes de aire alejan estas partículas de la región y podamos volver a nuestra vida acostumbrada.
Hasta la próxima y que tengan un excelente fin de semana.